Gerald Ford, republicano, del Medio Oeste, 25 años en el Congreso, fue el cuadragésimo Vicepresidente y después el trigésimo octavo Presidente de los Estados Unidos de América, aunque nunca fuera electo para ninguno de los dos cargos. Llegó a la vicepresidencia en 1973 bajo Richard Nixon tras la dimisión de Spiro Agnew por corruptelas en su pasado como gobernador y a la presidencia en 1974 después de la debacle de “Tricky Dicky” en el Watergate. En 1976, cuando optaba a su primer mandato completo y tal vez por haber concedido el perdón presidencial a su predecesor, perdió la elección frente a Jimmy Carter. Ford fue el primero, quien estableció la tradición de caer por las escaleras del Air Force One.
El 29 de abril de 1975, Miguel María Lasa llegaba como líder y ganaba la séptima etapa de la trigésima Vuelta Ciclista a España, contrarreloj individual de 8,3 kilómetros por las calles de Benidorm. En los Pirineos cedería el liderato ante Domingo Perurena, quien lo mantuvo hasta la contrarreloj del último día en San Sebastián. Agustín Tamames fue el sorprendente ganador en Anoeta con una diferencia en la clasificación general de catorce segundos sobre Perurena y otros tantos más sobre Lasa. Esa Vuelta fue sin duda la de los gregarios, pues los dos vascos corrían en el Kas de José Manuel Fuente, que hubo de retirarse, mientras que el salmantino lo hacía en el Super Ser (en nada relacionado con la concepción humana de Nietzsche) de un Luis Ocaña decepcionante.
A su pesar, Gerald Ford terminó con veinte años de presencia militar estadounidense en Vietnam. El Congreso le negó los fondos para continuar una guerra infinita sin otro propósito más allá de perpetuar la partida de ajedrez contra el comunismo, lo que desembocó el 29 de abril de 1975 en la operación “Viento Frecuente”, la evacuación del personal americano en Saigón ante la aproximación imparable de las tropas del Viet Cong y del Ejército Popular de Vietnam. La capital de Vietnam del Sur, el penúltimo día en que se llamó Saigón, se convirtió en un caos del que helicópteros americanos y vietnamitas extraían millares de futuros refugiados y los depositaban en las cubiertas de los barcos de la US Navy. Algunas aeronaves debieron ser empujadas al mar para dejar espacio donde aterrizar otras.
De ese mismo día en que Lasa ganaba en Benidorm son también las famosas fotografías de los helicópteros Bell 204 Huey embarcando al personal de la CIA desde la terraza de su oficina en el 22 de la calle Gia Long y de los Boeing CH-47 Chinook haciendo lo propio con el personal de la embajada. Ambas representan hoy para el pueblo estadounidense la imagen de la humillación y la derrota, el balance final de una administración corrupta que sacrificó las vidas de sesenta mil jóvenes americanos y, por cada joven americano muerto, las de entre quince y veinte civiles y militares vietnamitas.
Joe Biden, demócrata, de la Costa Este, 36 años en el Senado, fue el cuadragésimo séptimo Vicepresidente y es hoy el cuadragésimo sexto Presidente de los Estados Unidos de América. Accedió a la Casa Blanca en 2009 como el contrapunto moderado, maduro y, sobre todo, blanco blanquísimo, del carismático Barack Obama. Acabó con el paréntesis de Donald Trump al conseguir más votos que ningún otro candidato a presidente en el martes siguiente al primer lunes de noviembre de 2020. No parece probable que llegue en condiciones de acceder a un segundo mandato en 2024, salvo que la gerontología hasta entonces avance pasos de gigante. Biden ya ha superado a Ford y a todos quienes le sucedieron tropezando no una, ni dos, sino tres veces seguidas al subir la escalera del avión presidencial con ese trotecillo suyo de robot falto de lubricación.
Ayer, 20 de agosto, se disputó la séptima etapa de la septuagésima sexta Vuelta a España, entre Gandía y el Balcón de Alicante, recorrido que rondaba Benidorm por la Sierra de Aitana. Era una etapa de mucha montaña donde se anticipaban grandes batallas pero ha quedado en otra pelea de gregarios con victoria final del joven Michael Storer, y que si pasa a la historia lo hará como el triste punto final del epílogo a la carrera de Alejandro Valverde, un poco más largo quizá de lo necesario.
Ha querido el destino que el mismo día en que se disputaba esta otra séptima etapa de la Vuelta, cerca otra vez de Benidorm, cuando Valverde se ha bajado de la bici, tras otra inútil guerra de veinte años, los Estados Unidos están de nuevo empantanados en la evacuación de su personal, esta vez en Afganistán. Joe Biden es el responsable ahora de llevar a término lo planificado por Obama en las condiciones pactadas por Trump con los talibanes, con el resultado desastroso que estamos contemplando. De nuevo dos escenas pasarán al imaginario colectivo del pueblo americano como símbolo de la derrota en medio del caos: El despegue del aeropuerto de Kabul de un colosal Boeing C-17 Globemaster III entre cientos de civiles tratando de asirse de cualquier modo al tren de aterrizaje, con algunos de ellos consiguiéndolo para caer fatalmente después desde gran altura, y otra vez los helicópteros Chinook despegando del tejado de la embajada.
No sabemos cómo acabará la Vuelta de este año pero sin duda lo hará como la de 1975, con victoria final de corredores que seguro lo habrán merecido, entre el infortunio de otros que se verán injustamente privados de su parte de éxito que también merecían.
Tampoco sabemos cómo acabará el conflicto de Afganistán pero sin duda lo hará como el de Vietnam, con cientos de miles de muertos y refugiados, con millones de víctimas de toda clase de atropellos y con un pueblo otra vez pobre, oprimido y abandonado.