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La Etapa de Albacete por Durbridge 11 de Marzo de 2023 a las 22:39

Son numerosas las ocasiones en las que la Vuelta Ciclista a España ha tenido como final de etapa a la ciudad de Albacete y suelen ser ciclistas de renombre los que consiguen la victoria de etapa en esta localidad.

La primera vez que llegó la carrera a esta ciudad tuvo lugar el 30 de junio de 1942, en la que fue la primera etapa de la cuarta edición de la Vuelta Ciclista a España, uniendo Madrid con Albacete en un recorrido de 245 km. La victoria fue para Julián Berrendero que al final se hizo también con la general de la carrera de ese año y con la clasificación general de la montaña. Cuentan las crónicas que: “con motivo del paso por Albacete de los bravos ciclistas participantes en la IV Vuelta Ciclista a España, la capital albaceteña ha correspondido inmejorablemente hacia el logro de que prueba de tanta envergadura se vea coronada por el éxito. Mucha expectación había despertado aquí la llegada de los ases del pedal, por lo que, mucho antes de la hora prevista para ello, una inmensa muchedumbre debidamente situada para no entorpecer la brillante entrada a la meta de los corredores nacionales y extranjeros, aguardaba impaciente ese momento emocionante. Durante su breve estancia en la ciudad, tanto los corredores como seguidores fueron objeto de no pocos agasajos, fiel exponente de la grata acogida que Albacete ha dispensado a tan magna prueba del ciclismo español. Con preciosos ramos de flores y artísticas navajas albaceteñas –regalo típico de la ciudad- fueron obsequiados los dos primeros corredores clasificados –nacional y extranjero- que estos recibieron de manos de bellas señoritas ataviadas con el traje de manchega. Como era de esperar, Albacete ha sabido cumplir satisfactoriamente en la organización de la etapa inicial de la IV Vuelta Ciclista a España, digno ejemplo a imitar por las restantes localidades por las que posteriormente han de pasar estos formidables titanes del deporte ciclista. La llegada a Albacete ha sido verdaderamente apoteósica y magníficamente organizada”.

Y en el año 1947, de nuevo la primera etapa unió Madrid con Albacete, con victoria de Delio Rodríguez (el ciclista con más victorias en la historia de La Vuelta a España, con 39 victorias parciales y que ganó la general en 1945), quien se hizo ese año con la clasificación general de la regularidad y fue tercero en la clasificación general.

Pasaron 9 años, hasta que en 1956 se recibió de nuevo a los ciclistas en Albacete, en un viaje iniciado de nuevo en Madrid, con la victoria de Miguel Poblet un 30 de abril, quien el año siguiente se haría con un monumento del ciclismo, su primera victoria en la Milán-San Remo.

En el año 1961 fue otro grande, José Pérez-Francés el que venció en la etapa que había salido de Benidorm. Este corredor, considerado por muchos el Poulidor español, finalizó en tercer lugar en la clasificación general en aquella Vuelta Ciclista a España. Dos años más tarde consiguió acabar en el pódium del Tour de Francia de 1963, ocupando la tercera plaza.

Durante los años 60 hubo salidas de etapa en la ciudad y algunos finales en la cercana localidad de Almansa, pero no fue hasta 1973 cuando, con origen en Murcia, se vería una nueva llegada ciclista en Albacete. En aquella edición el vencedor final de la carrera y de prácticamente todas las clasificaciones fue un tal Eddy Merckx seguido del malogrado Luis Ocaña. La etapa de Albacete fue ganada por Gerben Karstens, quien puede parecer un desconocido pero, se trata de un ciclista neerlandés que logró 14 victorias de etapa en La Vuelta a España, 6 victorias de etapa en el Tour de Francia y 1 victoria de etapa en el Giro de Italia, además de proclamarse campeón olímpico en 1964 en la prueba de contrarreloj por equipos.

En esta etapa Eddy Merckx llegaba vestido de amarillo y como líder a Albacete. Sin embargo, las bonificaciones en las metas volantes de Cieza y Pozohondo (con reclamaciones de por medio) y la victoria final de Karstens (también con bonificaciones) hicieron que Merckx perdiera el liderato y bajara al tercer puesto de la general. Sin embargo, Merckx intentó mantener el amarillo cuando a falta de 31 kilómetros para meta, cuando la carrera pasaba justamente por Peñas de San Pedro y aprovechando un tímido ataque del español Gómez Lucas, el ciclista belga lanzó un ataque formando un pequeño grupo de ocho hombres y fragmentando el pelotón en cuatro grupos. Al final llegó a la meta, situada en aquel año en el estadio Carlos Belmonte, un grupo de 17 corredores que tuvo que atravesar la estrecha puerta de maratón del estadio de fútbol que según las crónicas parecía una calle del encierro de San Fermín (donde Merckx perdió las opciones de victoria al quedar encerrado) y esprintar dos vueltas en una pista de ceniza. En la grada una pancarta decía “Ánimo Ocaña, Merckx está chupao…”

Y pasaron otros 9 años, hasta que en 1982 la decimocuarta etapa de la 37ª edición de la Vuelta Ciclista a España con salida en Antella (Valencia) tuviera previsto su final en Albacete, donde venció Dominique Arnaud, un corredor que ganó tres etapas a lo largo de su trayectoria en la carrera española y que perteneció a la estructura Reynolds-Banesto desde 1986 hasta 1991. La curiosidad de esta jornada fue el último puesto en la etapa ocupado por el bravo ciclista local (concretamente de la localidad de Villamalea), enrolado en las filas del equipo Kelme, Jerónimo Ibáñez Escribano. Intentó estar en alguna de las escapadas del día y llegar entre los primeros a su tierra, pero el esfuerzo para ello le llevó a descolgarse y llegar último a la meta a casi 30 minutos del vencedor de la etapa. No por ello dejó de recibir el reconocimiento de todos sus paisanos.

Durante cinco años consecutivos (entre 1985 y 1989) hubo etapa con final en Albacete en la Vuelta a España.

En 1985 la etapa fue ganada por Sean Kelly (que ese año se llevó también la general de la regularidad).

En 1986 se produjo la victoria de un corredor menos conocido, Jon “Tati” Egiarte, en una etapa de 207 km con inicio en Aranjuez. Egiarte defendía los colores del modesto equipo Zahor, dirigido por Miguel Moreno, y provenía del clásico equipo Hueso, habiendo sido campeón de España, en categoría junior, en la modalidad de contrarreloj, junto a dos ciclistas más conocidos como Federico Etxabe y Julián Gorospe. Tras una escapada donde llegó a tener casi 15 minutos de ventaja, consiguió llegar a meta, de forma agónica, con 26 segundos sobre Sean Kelly que encabezó el pelotón. Toda una gesta de un jornalero de la gloria que, desgraciadamente, falleció en 2018 víctima de un ictus.

Sean Kelly, en 1987, se convirtió en el único corredor que, hasta el momento, ha repetido victoria en Albacete. Fue en la primera etapa de aquella Vuelta a España que partió de Benidorm y concluyó en Albacete.

En 1988 fue un sprinter de los grandes el que venció en la etapa Valencia-Albacete tras culminar una escapada con otros cinco compañeros de fuga. Consiguió la victoria a pesar de sufrir una caída ya en las calles de la propia ciudad y dentro del último kilómetro (no anduvieron listos los otros escapados). Se trataba de Mathieu Hermans. Pero lo más curioso de esa etapa y lo que muy poca gente recuerda es que en segundo lugar, en dura pugna en el sprint con Hermans, se clasificó un tal Claudio Chiappucci, que había transitado en primera posición por el sprint especial de Casas de Ves y por la meta volante de Casas Ibáñez. Creo recordar que ese día (10 de mayo de 1988) fue la primera vez que estuve en la línea de meta de una carrera ciclista, acompañado por mi abuelo, y lo único que recuerdo es la gran cantidad de gente, lo altas que eran las vallas y las personas que se agolpaban frente a ellas así como que no vi absolutamente nada (ni ciclistas ni nada parecido). De todas formas es un recuerdo muy borroso, pudo ser en 1985, 1986 ó 1987. Ese año 1988 Sean Kelly ganó la clasificación general en pugna con Anselmo Fuerte y Lale Cubino.

En 1989 otro sprinter, Stefano Allocchio, se hizo con el triunfo en la etapa de Albacete, triunfo que unió a sus cuatro victorias de etapa en el Giro de Italia.

Desde el año 1991 hasta la actualidad los nombres de grandes sprinters han quedado inscritos como ganadores en Albacete.

En 1991 Uwe Raab (ganador de cuatro etapas en La Vuelta y que ese año se hizo con la clasificación general de la regularidad).

En 1992 Djamolidine Abdoujaparov (ganador de 9 etapas en el Tour de Francia, 7 en la Vuelta a España y 1 en el Giro de Italia y ganador en las tres grandes carreras de la clasificación general de la regularidad, destacando sus tres maillots verdes en el Tour de Francia).

En 1993 Jean Paul Van Poppel (ganador, al igual que Abdoujaparov, de 9 etapas en el Tour de Francia y maillot verde en 1987, 7 en la Vuelta a España y 4 en el Giro de Italia)

En 1996 Laurent Jalabert (corredor muy completo y capaz de ganar en sprints masivos), quien había ganado la clasificación general el año anterior y que acumuló 138 victorias a lo largo de su carrera, de tanta importancia como la Milán-San Remo, el Giro de Lombardía o el campeonato del mundo contrarreloj. Esta etapa entró en la historia del ciclismo y se convirtió en la más rápida en línea de todas las ediciones de la Vuelta (y eso que el viento soplaba de cara en la mayor parte del trayecto), llegando la cabeza de carrera a meta mucho antes de lo previsto, debido al ataque del equipo ONCE al completo. Consiguieron formar abanicos muy lejos de la meta y será recordada por el retraso de más de 7 minutos para el suizo Tony Rominger y el bravo oscense Fernando Escartín (ahora en el equipo directivo de La Vuelta a España), lo que les hizo perder todas las opciones de ganar la carrera.

En 1999 Marcel Wüst (con 12 victorias de etapa en la Vuelta a España, victorias también en Giro de Italia y Tour de Francia y 120 victorias en su palmarés).

En 2000 Óscar Freire, vestido con el maillot arcoiris (triple campeón del mundo, triple ganador de Milán-San Remo, Giro de Lombardía y numerosas clásicas así como ganador del maillot verde del Tour de Francia en 2008). Al día siguiente de la victoria de Freire, antes de la salida de la etapa, en la zona del campus de la Universidad de Castilla-La Mancha en Albacete, se produjo el incidente entre Mario Cipollini (Saeco) y Francisco Cerezo (Seguros Vitalicio) cuando el primero propinó un puñetazo al segundo (delante de su esposa y su hijo) que se saldó con tres puntos de sutura en la ceja de Cerezo y la expulsión de carrera del sprinter italiano. El problema tenía su origen en el final de etapa del día anterior cuando, en el pelotón, se produjo una típica lucha por el espacio y se dedicaron algunas palabras groseras que Cipollini entendió como un insulto directo hacia él, decidiendo tomarse la justicia por su mano a la mañana siguiente.

En 2001, en otra jornada de abanicos (de nuevo el oscense Escartín entre los damnificados, perdiendo tiempo en la meta), el sprinter sudafricano Robert Hunter (doble ganador de etapa en la Vuelta a España y primer ganador de etapa en el Tour de Francia con origen africano). El líder tuvo que recorrer los últimos 4 kilómetros con la rueda pinchada pero llegaba como líder a su casa. Se trataba de Óscar Sevilla, un chaval con cara de niño y tan solo 25 años que ha sido sin duda el mejor ciclista en la historia de la provincia de Albacete. Faltó poco para que ganara aquella Vuelta (creo que hubiera sido muy merecido) el ciclista, afincado en Colombia, originario de Ossa de Montiel, todavía en activo y cosechando victorias. Alguna emisora de radio (creo que fue la SER) hizo hasta una canción con la música de la canción “Sevilla” del negacionista Miguel Bosé que decía algo así como “…y el corazón de Albacete va detrás de un chaval, Sevilla”.

En 2003 el grandísimo sprinter Alessandro Petacchi (ganador de la general de la regularidad en las tres grandes carreras y 21 victorias de etapa en el Giro de Italia, 20 victorias de etapa en la Vuelta a España y 6 victorias de etapa en el Tour de Francia). Segundo en aquella etapa fue nada menos que Erik Zabel (ganador en seis ocasiones del maillot verde en el Tour de Francia y en tres ocasiones de la clasificación general de la regularidad en la Vuelta a España, con más de 200 victorias, 12 de ellas etapas en el Tour y 5 en la Vuelta, además de 4 victorias en la Milán-San Remo).

Ese mismo año, al día siguiente de la victoria de Petacchi se disputó en Albacete una contrarreloj individual de 53,3 km (desde entonces ya no ha habido ninguna contrarreloj tan larga en la carrera) en la que venció Isidro Nozal quien, a pesar de eso no pudo ganar aquel año la carrera. Finalmente, fue segundo en la clasificación general de la Vuelta Ciclista a España tras el gran Roberto Heras y en 2004 se convirtió en gregario de lujo del corredor salmantino.

Desde 2003, transcurrieron 11 años hasta que en 2014 pudimos disfrutar de nuevo de un final de etapa de la Vuelta en Albacete. En esta ocasión fue también un sprinter el vencedor de la etapa. Se trataba de Nacer Bouhanni en un final apretado con Michael Matthews y con polémica por la extensión del brazo de Nacer en el momento final que pudo impedir la victoria de Matthews. Tercero en aquel sprint fue el emergente Peter Sagan (posteriormente triple campeón mundial). Bouhanni tiene en su poder una clasificación general de la regularidad en el Giro de Italia además de 3 etapas en la carrera italiana y 3 etapas en la Vuelta a España. Su gran asignatura pendiente es el Tour de Francia. Y el líder de la carrera tras esta etapa era Alejandro Valverde.

Pocas son las etapas en las grandes carreras ciclistas a las que nos referimos utilizando la expresión “la etapa de”. Tenemos ejemplos en “la etapa del Mortirolo”, “la etapa de los Lagos”, “la etapa de Alpe d’Huez”. Todos estos casos hacen referencia a etapas de alta montaña. Sin embargo, hay una excepción a este respecto y es cuando nos referimos a “la etapa de Albacete”. No es una etapa de montaña, todo lo contrario, es una etapa plana como se pueden encontrar pocas y, no obstante, ha conseguido obtener el privilegio de ser considerada como una etapa especial en España, principalmente debido al viento que hace, más que probable, la formación de abanicos, tan temidos por los ciclistas.

Aunque hemos tenido que volver a esperar 7 años (desde el 2014) para tener un final de etapa en la capital manchega seguro que inscribiremos, en nuestro particular palmarés, el nombre de otro ciclista de renombre como vigésimo segundo ganador de etapa de la Vuelta a España en Albacete.